29 de octubre de 2008


Debía de tener quince años, uno de los veranos que nuestros primos, los sevillanos, pasaron con nosotros en San Vicente; teníamos muchas ganas de fiesta y vivíamos al otro lado del puente, que cruzábamos por la tarde y por la noche.

Recuerdo que había una tapa de registro de una de las farolas del puente que no se podía cerrar, y una de las diversiones del grupo era darle cada uno de nosotros una patada a la puerta al pasar por la estrecha acera que corría al lado de la N-634.

Obviamente, al final del verano la puerta cedió y el registro quedó al aire de forma definitiva.

Si los jóvenes españoles sufrimos una tendencia innata a estropear cosas que son comunes, va a haber que hacérnoslo mirar.

El nuevo pabellón de El Batán aún no ha sido inaugurado. La semana pasada quitaron las vallas del aparcamiento. El lunes una de las farolas del aparcamiento anexo presentaba (y a día de hoy aún presenta) este lamentable estado.

Nuestras cosas particulares, que no nos las toquen.

Pero las que son comunes... no son de nadie: lo pintarrajeo, lo rompo, o directamente me lo quedo.

Esto sí que es educación para la ciudadanía.

1 comentario:

  1. Gracias a Premios 20 Blogs entre en tu casa. Te felicito por tu trabajo y tus fotografías, son verdaderamente fabulosas. Enhorabuena por todas ellas y saludos desde "Panorámica Cazorlense" y “Cazorla a pie de foto”, donde podrás disfrutar de muchas más de Cazorla y su Parque Natural. Espero que los visites.
    Un saludo

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