9 de enero de 2012

Soy profesor, y me honro de serlo, me enorgullezco de mi profesión.
Sí, tengo mes y medio de vacaciones y un horario de docencia directa y de jefatura de estudios bastante denso.
Soy profesor, trabajo en el aula, en el despacho y fuera de ellos y la gente no lo sabe y a mí no me importa.
Sí señores, soy profesor, con oposición, pertenezco al cuerpo de funcionarios.
Soy profesor y no discuto los días de descanso de los bomberos, ni los de los funcionarios de prisiones.
Soy profesor y cuando voy al médico no le discuto su diagnóstico, sólo espero que me cure.
Soy profesor y cuando voy a mi abogado no le discuto de leyes, sólo espero que me defienda.
Soy profesor y cuando voy por la autovía, conduzco con confianza porque sé que la diseñó un ingeniero de caminos.
Soy profesor y vivo en una casa tranquila, la casa que proyectó en su día un arquitecto.
Soy profesor y enseño cada día el camino a seguir para conseguir las competencias de una profesión.
Soy profesor y recojo cada curso a un montón de chavales de los que aprendo tanto como ellos de mí.
Soy profesor y trabajo cada día con personas sensibles y frágiles porque aún no han alcanzado la madurez.
Soy profesor e intento inculcar trabajo, esfuerzo y dignidad para alcanzar el éxito personal.
Y ustedes ¿quiénes son? ¿Por qué se atreven a decir que trabajo poco y mal?
Me bajan el sueldo, me suben las horas de trabajo, me incrementan los alumnos en el aula…
Soy profesor y voy a seguir siéndolo a pesar de todos los políticos.
Soy profesor y me gusta lo que hago.


Adaptado de PaloTIC

No hay comentarios:

Publicar un comentario